lunes, 4 de mayo de 2015

Clase 05: viernes 26/04/2024

Tipos de Estado

a.   Estado absolutista

Podemos ubicar este tipo de Estado en Europa entre el siglo XVI y finales del siglo XVIII. El termino de absolutismo, acunado durante el siglo XIX por el liberalismo, está en estrecha relación con el concepto de poder. Efectivamente se denomina "absolutismo" por cuando la utilización y concepción que los monarcas hacían del poder era absoluto. Pero, el Estado absolutista no es necesariamente sinónimo de tiranía o despotismo. La existencia de Imites y regulaciones esta mediando entre estas concepciones de Estado.

Como afirma Pierangelo Schiera refiriéndose al absolutismo, "se trata entonces de un régimen político constitucional (en el sentido de que su funcionamiento esta, de cualquier manera, sometido a limitaciones y normas preestablecidas), no arbitrario (en cuanto que la voluntad del monarca no es ilimitada) y sobre todo de tipo secular, profano" (Schiera, Pierangelo, "Absolutismo", en Bobbio, N.; N. Matteucci y G. Pasquino

-eds.-, ob. cit., págs. 1 a 8).

.  El Estado absolutista es la consolidación del poder bajo la tutela del monarca en relación con los "reinos" que proliferaban en Europa durante los siglos precedentes. Podrá afirmarse que con los Estados absolutistas a partir del siglo XVI comienzan a delinearse los contornos del Estado moderno.

Las características que guardan estos Estados fueron evaluadas favorablemente por Nicolas Maquiavelo en su celebre tratado El Príncipe, cuando hace mención a la unificación que durante el siglo XVI estaban llevando adelante los reinos de Castilla y Aragón.

Las características que pose fa el Estado absolutista fueron la concentración del poder con respecto a los reinos menores y su consecuente delimitación geográfica. Esto se evidencia a través de la posibilidad manifiesta de imponer sus decisiones sobre los otros dentro de su territorio.

Además de estas características, consideradas fundamentales, vale recordar el hecho del carácter profano de estos reinos, separando la orbita de lo religioso y de lo político. Es con los Estados absolutistas que las cuestiones de gobierno y administración comienzan a realizarse en términos de racionalidad y eficiencia.

El desarrollo de este tipo de organización política va a la par del cambio paulatino pero irreversible de las estructuras sociales y económicas; a partir del siglo XIII en adelante, podemos encontrar un creciente desarrollo del comercio y de las industrias.

Por otra parte, en el siglo XVI comienzan las grandes empresas colonizadoras de los reinos de España y de Portugal en América, y también en otros continentes como África y Asia. Estas políticas expansionistas fueron llevadas adelante por Esta­ dos absolutistas. La teoría económica que esta íntimamente ligada a esta concepción de organización política es el mercantilismo, teoría que afirmaba que la riqueza de una "nación" estaba unida a la acumulación de riquezas, fundamentalmente oro y plata. Esta teoría opera sobre la base de un territorio delimitado y en base a una decisión política unívoca, es decir, un Estado soberano.

Las luchas religiosas del siglo XVI y XVll - fundamentalmente el movimiento protestante- jugaron también un papel fundamental en la constitución de un cierto tipo de concepción ideológica. Estos movimientos ayudaron a la constitución de los Estados absolutistas sobre bases racionales y profanas.

Algunas obras que desarrollaron las bases teóricas del Estado absolutista fue­ ron El Príncipe de Nicolas Maquiavelo (1469-1527), Leviatán de Thomas Hobbes (1588- 1679) y Los seis libros del Estado de Jean Bodin (1530-1596).


b.   Estado liberal


 El liberalismo como corpus ideol6gico reconoce algunas influencias de gran trascendencia. El primero que destacaremos en este trabajo será John Locke (1632- 1704), quien escribi6 el Segundo tratado sabre el gobierno civil, aparecido en el año 1690. La otra gran influencia fue Adam Smith (1723-1790), quien con su libro investigación acerca de la Naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, aparecido en 1776, se constituy6 en el fundamento económico del libre mercado.

El liberalismo surge en Europa, particularmente en Inglaterra. Podemos ubicarlo a partir de mediados del siglo XVII y cobra pleno desarrollo teórico en el siglo XVIII. Los hechos históricos más importantes con relaciona al liberalismo en sus inicios fueron los sucedidos con la “Gloriosa Revolución” de 1688. A partir de allí se abandonan los postulados del Estado absolutista y se comienza con los lineamientos de una monarquía constitucional.

 

Existe un numero de postulados básicos que caracterizan al liberalismo como forma de vida y de organizaci6n econ6mica, política y social. Algunos de estos son:

  • Defensa y reivindicaci6n del individuo en contraposici6n a una sociedad por estamental y corporativa, característica de la Edad Media.
  • Defensa de la libertad, en todos sus ámbitos (econ6mico, político, religioso, cultural, etc.).
  • Defensa de la propiedad privada, como fundamento del desarrollo econ6mi­co y político.
  • División de poderes, garantizando de esta manera una distribuci6n del poder y evitando los poderes absolutos.  
  • Importancia de la ley y de! constitucionalismo como medio para evitar la arbitrariedad del poder. La ley no es un producto de la divinidad (trascendental), sino que es el producto del debate y del consenso entre los hombres. Fundamentaci6n del corpus ideol6gico en la racionalidad del individuo y en el creciente proceso de secularizaci6n social.
  • La idea fuerza de la construcci6n política a través de un "contrato" realizado de manera voluntaria (pacto de asociación).
  • La economía debe seguir un "orden natural" (espontaneo) sin mayor inter­ venci6n de los hombres para alcanzar ciertos niveles de opulencia y bienes­ tar. Mientras menores sean los controles, mejor funcionara el "mercado". La ambici6n por lograr una transformaci6n social de la sociedad.

 Todas estas características se materializaron en un determinado orden político y social: el Estado liberal. El liberalismo entiende al Estado como un "Estado mínimo", es decir, aquel que está destinado a cumplimentar aquellas funciones básicas para el funcionamiento social, garantizando los niveles adecuados de paz, seguridad y armonía, administrar justicia y defensa de los Imites geográficos del Estado. A partir de esta concepción, propia de comienzos del siglo XIX, entendemos que este Estado deja en manos del mercado y de la sociedad civil las tareas destinadas a la generación y, por sabre todo, a la distribución de la riqueza. Para el liberalismo, es el merca­ do la instancia que asigna eficientemente los recursos entre las personas. Esta con­ cepci6n es fundamentalmente optimista, pues entiende que dejando actuar "libremente" al mercado todas las partes saldrán beneficiadas por el intercambio econ6mico.

 Nicola Matteucci afirma que el "liberalismo es hijo de! Estado moderno o, más ampliamente, nace como consecuencia o como respuesta a la nueva forma de organización del poder que se instaura en Europa a partir del siglo XVI" (Matteucci, N., "Estado Liberal", en Bobbio, N.; N. Matteucci y G. Pasquino -eds.-, ob. cit., págs. 563 a 570). Paralelamente al liberalismo y al Estado moderno, debemos mencionar al protagonista principal de este periodo hist6rico, la burguesía. Este sector social dina­ mico se va configurando a lo largo de un proceso hist6rico que podemos ubicar entre los siglos XVI y XVIII, y tuvo la característica de ser un sector dinámico, pero por sobre todo de gran movilidad. Fruto del aumento del comercio y de la producci6n, proceso que experimenta Europa dado el creciente comercio internacional que afecta a varias naciones, este sector fue ganando cada vez más influencia social y política, llegando a los albores del siglo XIX coma la gran fuerza política dominante.

Tanto el Estado moderno, como forma de organizaci6n política, como el liberalismo, coma corpus ideológico, se extendieron a lo largo de todos los continentes hacia mediados del siglo XIX. El creciente comercio internacional y la mayor conexi6n entre los continentes, entre Europa (el centro) y los demás continentes (la periferia), esti­ mul6 la adopci6n de estas ideas y formas de organizaci6n. Durante la segunda mitad del siglo XIX y el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el mundo cono­ ci6 niveles de producci6n y de comercio mundial sin precedentes.

La complejizaci6n de las relaciones sociales, políticas y econ6micas trajo aparejado que el Estado mínimo característico del liberalismo del siglo XIX resulta­ ra insuficiente. En efecto, la emergencia del capitalismo industrial sumada a la sociedad de masas llev6, a principios del siglo XX, a replantear algunos de los postulados mas importantes de esta organizaci6n estatal y de sus funciones. Así es que muchos de los Estados liberales, comenzaron a brindar otros servicios y funciones, salud, educaci6n, intervención en los conflictos capital-trabajo, etc. De todas maneras, estas funciones no quitaron del centro de la escena los grandes postulados que perseguían estos Estados; a saber: la defensa de la propiedad privada y la libertad de empresa.


 c.   Estado de bienestar

 Esta forma particular de Estado encontr6 un desarrollo sistemático en Europa Occidental con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial. Si bien podemos encontrar algunas acciones de política social en la Alemania de Bismark hacia finales del siglo XIX, y también coma consecuencia de la crisis econ6mica de 1929, la conforma­ ci6n definitiva y sistemática de esta forma estatal y su correlato político se asienta a partir de 1950, conociendo su "época de oro" durante las décadas del 50 y del 60 para llegar a una progresiva etapa de agotamiento hacia finales de la década de 1970. El Estado de bienestar keynesiano -así se lo conoce- se estructur6 sobre una reconceptualizaci6n de las funciones del Estado, inspirada principalmente sobre la obra de John Maynard Keynes (1883-1946), economista inglés, a partir de su libro Teoría General de la ocupaci6n, el interés y el dinero, publicado en 1936.

Para sintetizar el concepto de Estado de bienestar, recurriremos al trabajo de Gloria Regonini, quien lo desarrolla de la siguiente manera en el apartado sobre el "Estado de bienestar'' incluido en el Diccionario de Política de N. Bobbio:

 

"Es necesario llegar a la Inglaterra de los años cuarenta para poder encontrar una afirmación explicita del principio fundamental del Estado de Bienestar: independientemente de sus ingresos, todos los ciudadanos -en cuanto tales- tienen el derecho a ser protegidos -con pagos en efectivo o con servicios- en situaciones de dependencia de largo plazo (vejez, invalidez) o de breve plazo (enfermedad, desempleo, maternidad). El eslogan de los laboristas ingleses de 1945 'la parte justa para todos' resume con eficacia el concepto universal de las prestaciones del Estado de bienestar". (Regonini, Gloria, "Estado de bienestar", en Bobbio, N.; N. Matteucci y G. Pasquino -eds.-, ob. cit., pág. 551)


Para comprender el contexto en donde se desarroll6 este tipo de Estado, debe­mos remarcar que existe una relaci6n directa entre este tipo de organizaci6n y el desarrollo de un capitalismo industrial, con una amplia base de trabajadores asalaria­ dos y también con una alta tasa de sindicalizaci6n. A partir de allí, el objetivo del Estado fue siempre mantener altos niveles de ocupaci6n, cercanos al pleno empleo, y con un alto poder adquisitivo de la poblaci6n para mantener altos niveles de productividad. Estas condiciones son indispensables para lograr una eficaz política redistributiva. Una de las características que se resaltan, en relación con las políticas redistributivas, es la "prestaci6n social universal" a la que están sujetos todos los habitantes. Esto puede traducirse en los siguientes términos: es con el Estado de bienestar que la población alcanza la -ciudadanía social", entendida esta como la satisfacci6n de las necesidades básicas del individuo en lo que hace a salud, educación, servicio social, empleo, etc.

La prestaci6n de estos servicios no es entendida en términos de "beneficencia", sino que, por el contrario, es entendida en términos de "derecho político", o sea, una conquista hist6rica de la ciudadanía. Las "políticas universales" tienden en definitiva a lograr cierta homogeneidad en la poblaci6n, apuntando sobre todo al desarrollo armónico de la sociedad. En este sentido, el Estado de bienestar tiene como objetivo lograr una "conciliaci6n de clases", a través de una articulaci6n que lo tenga como árbitro y regulador de las relaciones capital-trabajo. De esta manera, la autoridad política que deviene desde la esfera estatal y, por lo tanto, sus decisiones, deben gozar de la legitimidad necesaria por parte de todos los actores implicados en el sistema político. A partir de estas prestaciones universales de bienes y servicios por parte del Estado, podemos hablar de otra de las características centrales de esta forma esta­ tal: alto porcentaje del PNB (producto nacional bruto) destinado a gastos sociales. Estos recursos surgen fundamentalmente de la implementaci6n de un sistema fiscal que grava las tasas de rentabilidad de las empresas, el sector financiero y los sectores acomodados de la sociedad, logrando, de esta forma, un eficaz proceso de redistribuci6n de las riquezas.

Finalmente, para mencionar una última gran característica de este tipo de Estado, debemos señalar que, para conseguir estos niveles de igualaci6n social y justicia redistributiva, se basa en una economía mixta. Esto quiere decir que había un fuerte componente estatal en el manejo de la economía, o sea que las decisiones econ6mi­ cas estaban tamizadas por una decisión "política". Estas decisiones políticas surgen del consenso y la deliberaci6n entre los distintos sectores sociales y econ6micos implicados en el marco de un capitalismo nacional. Fundamentalmente nos referimos a la tríada capital-trabajo-Estado. A partir de esta forma de concertaci6n de fuerte contenido político, se avanza sobre los grandes temas de la economía.

Podemos encontrar en países tales como Inglaterra, Francia, Alemania y Suecia modelos de Estados de bienestar muy extendidos y desarrollados durante el periodo citado. En la actualidad, algunos países como Inglaterra pasaron por un profundo ajuste estructural durante la década del 70 y del 80 que ha transformado la relaci6n Estado-sociedad. Países como Francia y Alemania han mantenido gran parte de sus estructuras, aun a costa de profundos conflictos sociales, y actualmente están en proceso de revisión y reformulaci6n. Suecia y los demás países escandinavos, en cambio, aun con intentos de reformas sobre su Estado de bienestar, se mantendrán coma los países que más se aproximan a su ideal.

 d.   Estado neoliberal

intelectuales y pensadores coma Milton Friedman (Premio Nobel de Economía en 1976), Samuel Huntington, Michael Crozier, Rudiger Dornbusch y otros encabezaron las críticas, económicas y políticas, al Estado de bienestar hacia mediados de la década de 1970. Con la crisis del Estado de bienestar -como consecuencia de la crisis del petróleo de 1973 y de su gran déficit fiscal entre otras causas- comienza a surgir una corriente de pensamiento, con una matriz fuertemente economicista en la concepción de la organización social, conocida como "neoliberalismo".

Para lograr un entendimiento cabal acerca del Estado neoliberal, necesitamos comprender la relación que existe con el fenómeno de la globalización (ver el trabajo de Antonio Federico que forma parte de la bibliografía obligatoria de esta asignatura). Este cambio de paradigma mundial nos permite una mejor comprensión de los cambios que se produjeron en la relación Estado-sociedad a partir de las transformaciones en el aparato estatal.

Esta creciente tendencia globalizadora, que se vio fortalecida como consecuencia de la caída de la URSS a fines de la década del 1980, fue erosionando la capacidad de los Estados nacionales para controlar y regular sus políticas económicas. Con la movilidad y la libertad de que gozan los flujos de capital y de información, los Estados se han visto en la necesidad de competir por la atracción de los capitales en un mercado mundial cada vez más interdependiente.

Para "incorporarse" a esta nueva fase del capitalismo a escala mundial, los Estados comenzaron un proceso de reestructuración que no fue solo estatal, sino una reestructuración "societal". Estos cambios a nivel de la sociedad en su conjunto son explicados por Daniel García Delgado en la siguiente cita:

 "La influencia de un paradigma individual-competitivo muestra el pasaje de un modelo cultural vinculado a lo público-estatal de solidaridades nacionales hacia otro vinculado al mercado, a la sociedad civil y competencia. La amplia socializaci6n de valores individualistas, narcisistas, en el seno de la sociedad de consumo, y el impacto desmovilizador de la crisis desplazan el centro de atenci6n ideol6gico del ámbito público al privado y de la acci6n colectiva al espacio de la privacidad. Es el pasaje de la centralidad que adquiría la figura del 'trabajador' en el welfare estate [Estado de bienestar] a la del 'consumidor"'. (García Delgado, Daniel, Estado y Sociedad. La nueva relaci6n a partir de/ cambio estructural, Buenos Aires, Tesis-Norma, 1994, pág. 62)

 El proceso político por el cual se llevó adelante la reforma del Estado no estuvo ajeno a conflictos y controversias en el interior de los países. Este camino estuvo marcado por la "necesidad" del capital de adecuarse y permitir la competencia frente a las otras sociedades en el mercado internacional. Las principales reformas que se llevaron adelante marcan una transformación completa de los Imites entre la sociedad y el Estado, achicando los espacios estatales, característicos del modelo anterior correspondiente al Estado de bienestar.

Entre las políticas reformistas más importantes cabe mencionar:

 

  • Decisión política de trasladar el peso de las decisiones económicas hacia la esfera del "mercado". Esto significa que las estrategias referidas al desarrollo, inversión estratégica, capacitación, distribución y acumulación queda en manos de las corporaciones económicas nacionales y transnacionales.
  • El creciente proceso de eliminación de los controles y regulaciones (desregulación) que ejercían los Estados sobre aspectos estratégicos de la economía. Esto implicaba ahorrar costos y alivianar el proceso productivo de las empresas para permitirles competir en el mercado internacional. La desregulaci6n de la economía elimina la protecci6n "superflua" de algunos sectores econ6micos, permitiendo así la "libre competencia" que redundará en baja de costos y de precios.
  • El proceso de privatizaci6n de las empresas públicas, en parte para permitir un nuevo proceso de capitalización de las mismas y también para que el Estado se desentienda de la gesti6n directa de dichas empresas, dedicándose solamente a su control.
  • Apertura de la economía nacional al mercado internacional, ya sea en lo referente a bienes como a servicios y también en lo que se refiere a los capitales. El proceso de reforma del Estado cuenta con la presencia del capital extranjero, ya sea a a era de radicación de empresas, compra de empresas públicas, préstamos para llevar adelante políticas de subsidio y despido masivos y capital para la especulación financiera.
  • Eliminación de controles y restricción de la actividad financiera. Progresiva eliminación y desgravación fiscal a las actividades relacionadas con lo financiero y también a las grandes empresas. Tanto locales como internacionales. Esta medida está destinada a promover la radicación de capital extranjero mejorando las utilidades y la rentabilidad. La remisión de utilidades de las filiales a las casas matrices, por lo general, tampoco es a gravada y posee además libre disponibilidad.
  • Decisión política destinada a achicar el gasto público. La meta política y económica de este tipo de Estados es lograr "superávit fiscal" como una muestra de la "salud de la economía".
  • Creciente proceso de flexibilizaci6n laboral, tendiente a minimizar los costos que implican para las empresas la contrataci6n de nuevos trabajadores. Estas medidas buscan la radicación de empresas para producir a precios competitivos en el mercado internacional.
  • Descentralización y la nueva reasignación de funciones entre el Estado nacional y las jurisdicciones provinciales y regionales fue un aspecto fundamental de las políticas llevadas adelante por el neoliberalismo. Estas implican que ciertas funciones del Estado nacional, léase salud y educación, pasan a manos de las provincias. Estas deben responsabilizarse de estos ámbitos, tanto en lo que hace a la planificaci6n de las actividades, manteni­miento de la infraestructura, como al pago de sueldos.

 

El neoliberalismo tiene en Margaret Thatcher en Inglaterra y Ronald Reagan en los Estados Unidos a los políticos más representatives de esta corriente ideológica durante la década de 1980. En América Latina, podemos mencionar, entre otros, a Carlos Salinas de Gortari, Presidente de México entre 1988 y 1994; Alberto Fujimori, Presidente de Perú entre 1990 y 2000; y Carlos Menem, Presidente de la República Argentina entre 1989 y 1999.

 


Revolución Francesa

La revolución francesa fue un proceso social y político que tuvo lugar entre 1789 y 1799 en Francia y que, con el tiempo, se extendió a otros países. Entre sus principales consecuencias, aparece el derrocamiento del rey Luis XVI, lo que supuso el fin del Antiguo Régimen (un sistema donde el poder recaía en una única persona y donde no existía la movilidad social).
Es importante dar a conocer que existen varias causas que fueron las que motivaron que se pusiera en marcha la citada Revolución Francesa. En concreto, entre las mismas se encuentran el que en ese momento existiera una burguesía que había ido ganando poder económico y demandaba también un papel a nivel político, que la monarquía fuera una institución cerrada y rígida, que existiera una importante crisis económica, que las clases populares estuvieran muy descontentas con la situación y que se hubieran ido extendiendo nuevas ideas llamadas ilustradas.
En este último sentido, hay que subrayar que las mismas se enmarcaban dentro del movimiento conocido como Ilustración que básicamente se sustentaba en tres valores e ideas principales: la libertad, la razón y la igualdad. Entre los personajes más relevantes que abogaron y defendieron aquella se encuentran Rousseau, Montesquieu, Voltaire o Diderot.
Con la abolición de la monarquía francesa, se proclamó la Primera República. El periodo revolucionario tuvo contradicciones internas y divisiones entre sus mismos impulsores, hasta que, en 1799, Napoleón Bonaparte concretó un golpe de estado, dando por finalizada la revolución y sus medidas.
La revolución francesa supuso el final del absolutismo y el surgimiento de la burguesía (pequeños capitalistas) como clase social dominante. El poder dejó de ser hereditario o divino, sino que, en teoría, cualquier persona podía ser elegida para acceder al gobierno.
Muchos fueron los episodios que se desarrollaron dentro de la Revolución Francesa, no obstante, entre todos ellos hay uno que pasó a ser el símbolo y el culmen de la misma. Nos estamos refiriendo a la conocida Toma de la Bastilla, que tuvo lugar el 14 de julio de 1789.
Un acto aquel que consistió en el asalto de dicha fortaleza y prisión por parte de la ciudadanía francesa. Con él no sólo se consiguió liberar a algunos encarcelados sino también defender a los representantes populares y, sobre todo, acabar con un símbolo del absolutismo monárquico. Y es que la Bastilla se había convertido además en el mayor peligro para el pueblo pues el rey había ordenado que los cañones de aquella apuntaran a los barrios obreros.

Cabe destacar que, en 1789, la Asamblea Nacional Constituyente de Francia publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y estableció el principio de libertad, igualdad y fraternidad como base del sistema.



Revolución Industrial

La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña, que se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y Estados Unidos, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la humanidad, que vio el paso desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.


División Internacional del Trabajo.

Los países industrializados impulsaron la incorporación al mercado mundial de regiones productoras de bienes primarios que, a su vez, recibieron capitales, tecnología y mano de obra para incrementar su producción.
Este sistema de organización de la producción y el comercio se conoce con el nombre de división internacional del trabajo. Los países industrializados se orientaban hacia el desarrollo tecnológico y la producción de productos manufacturados, y las economías periféricas, al mismo tiempo que se especializaban en la provisión de materias primas (especialmente de alimentos), constituían mercados capaces de absorber bienes elaborados, capitales y excedentes de población.



Hegemonía (Antonio Gramsci):

"La hegemonía es la capacidad que tiene una clase dirigente de ejercer una dirección moral y cultural, de imponer un vívido sistema de significados y de valores que para la mayoría de la sociedad es percibido como la cultura que todos compartimos".


Distinción entre hegemonía y dominación política
  • La hegemonía es un proceso inestable e incompleto.
  • La lucha por la hegemonía cultural es política. 
  • La Hegemonía es un proceso dinámico y contradictorio de apropiación de los significados impuestos por la cultura dominante, implica la re-significación y creación de nuevos significados por parte de las clases subalternas.
  • La dominación política implica el uso de la violencia.


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El Capital



El fetichismo de la mercancía, y su secreto

    A primera vista, parece como si las mercancías fuesen objetos evidentes y triviales. Pero, analizándolas, vemos, que son objetos muy intrincados, llenos de sutilezas metafísicas y de resabios teológicos. Considerada como valor de uso, la mercancía no encierra nada de misterioso, dando lo mismo que la contemplemos desde el punto de vista de un objeto apto para satisfacer necesidades del hombre o que enfoquemos esta propiedad suya como producto del trabajo humano. Es evidente que la actividad del hombre hace cambiar a las materias naturales de forma, para servirse de ellas. La forma de la madera, por ejemplo, cambia al convertirla en una mesa. No obstante, la mesa sigue siendo madera, sigue siendo un objeto físico vulgar y corriente. Pero en cuanto empieza a comportarse como mercancía, la mesa se convierte en un objeto físicamente metafísico. No sólo se incorpora sobre sus patas encima del suelo, sino que se pone de cabeza frente a todas las demás mercancías, y de su cabeza de madera empiezan a salir antojos mucho más peregrinos y extraños que si de pronto la mesa rompiese a bailar por su propio impulso.
     Como vemos, el carácter místico de la mercancía no brota de su valor de uso. Pero tampoco brota del contenido de sus determinaciones de valor. En primer lugar, porque por mucho que difieran los trabajos útiles o actividades productivas, es una verdad fisiológica incontrovertible que todas esas actividades son funciones del organismo humano y que cada una de ellas, cualesquiera que sean su contenido y su forma, representa un gasto esencial de cerebro humano, de nervios, músculos, sentidos, etc. En segundo lugar, por lo que se refiere a la magnitud de valor y a lo que sirve para determinarla, o sea, la duración en el tiempo de aquel gasto o la cantidad de trabajo invertido, es evidente que la cantidad se distingue incluso mediante los sentidos de la calidad del trabajo. El tiempo de trabajo necesario para producir sus medios de vida tuvo que interesar por fuerza al hombre en todas las épocas, aunque no le interesase por igual en las diversas fases de su evolución.
 Finalmente, tan pronto como los hombres trabajan los unos para los otros, de cualquier modo que lo hagan, su trabajo cobra una forma social.
¿De dónde procede, entonces, el carácter misterioso que presenta el producto del trabajo, tan pronto como reviste forma de mercancía? Procede, evidentemente, de esta misma forma. En las mercancías, la igualdad de los trabajos humanos asume la forma material de una objetivación igual de valor de los productos del trabajo, el grado en que se gaste la fuerza humana de trabajo, medido por el tiempo de su duración, reviste la forma de magnitud de valor de los productos del trabajo, y, finalmente, las relaciones entre unos y otros productores, relaciones en que se traduce la función social de sus trabajos, cobran la forma de una relación social entre los propios productos de su trabajo.
El carácter misterioso de la forma mercancía estriba, por tanto, pura y simplemente, en que proyecta ante los hombres el carácter social del trabajo de éstos como si fuese un carácter material de los propios productos de su trabajo, un don natural social de estos objetos y como si, por tanto, la relación social que media entre los productores y el trabajo colectivo de la sociedad fuese una relación social establecida entre los mismos objetos, al margen de sus productores. Este quid pro quo es lo que convierte a los productos de trabajo en mercancía, en objetos físicamente metafísicos o en objetos sociales. Es algo así como lo que sucede con la sensación luminosa de un objeto en el nervio visual, que parece como si no fuese una excitación subjetiva del nervio de la vista, sino la forma material de un objeto situado fuera del ojo. Y, sin embargo, en este caso hay realmente un objeto, la cosa exterior, que proyecta luz sobre otro objeto, sobre el ojo. Es una relación física entre objetos físicos. En cambio, la forma mercancía y la relación de valor de los productos del trabajo en que esa forma cobra cuerpo, no tiene absolutamente nada que ver con su carácter físico ni con las relaciones materiales que de este carácter se derivan. Lo que aquí reviste, a los ojos de los hombres, la forma fantasmagórica de una relación entre objetos materiales no es más que una relación social concreta establecida entre los mismos hombres. Por eso, si queremos encontrar una analogía a este fenómeno, tenemos que remontarnos a las regiones nebulosas del mundo de la religión, donde los productos de la mente humana semejan seres dotados de vida propia, de existencia independiente, y relacionados entre sí y
con los hombres. Así acontece en el mundo de las mercancías con los productos de la mano del hombre. A esto es a lo que yo llamo el fetichismo bajo el que se presentan los productos del trabajo tan pronto como se crean en forma de mercancías y que es inseparable, por consiguiente, de este modo de producción.

Carl Marx, El Capital, Tomo 1



Mercancía:
  • Valor de uso
  • Valor de cambio





Los Simpson-Made in China [by Bansky]-Temporada 22




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Alexander Kluge: Noticias de la antigüedad ideológica: Marx - Eisenstein - El Capital 1




La Nuit De Varennes (extracto) - Ettore Scola 1982

EJERCITACIÓN 5
  1. Enumere y describa los distintos tipos de estados.
  2. Cuales son los principales valores de la Revolución Francesa.
  3. A que se llama "división internacional del trabajo".
  4. Desde el punto de vista de Marx, en su obra "El Capital", explique: ¿Qué es una mercancía? y ¿Cómo está conformada?.
  5. ¿Cómo se formó el capital originario de los grandes capitalistas?
  6. ¿Qué es el fetichismo de la mercancía?



I

IMPORTANTE: Examen parcial día 03/05/2024.

Para la próxima clase, revean los ejercicios de las cinco clases ya dictadas (incluyendo la de hoy). El examen consiste en completar una serie de preguntas. Este examen va a ser la primera nota de la cursada; es algo muy simple y basado en lo visto en clase.


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Clase 13: viernes 28/06/2024

 2do PARCIAL DE HISTORIA ARGENTINA 2024